La Gran Oportunidad De Transformación Está Llegando

Por Ruth Ross

El mundo está detenido, en suspenso, paralizado.

Una pandemia toco las puertas de la humanidad toda, sin distinción, para demostrarnos lo pequeños, vulnerables y frágiles que en verdad somos.

Hay muchas miradas detrás de esta situación. La primera es la que lleva al miedo, al colapso total de cada país, ciudad, pueblo involucrado. El desconocimiento de hasta donde es capaz de llegar este virus, de cuánto tiempo va a durar, de a cuántas personas realmente va a afectar, hace que el temor se acreciente cada vez más, y si a eso le agregamos los medios de comunicación, que como si fuera lo más normal del mundo van haciendo un constante conteo de los enfermos y de los muertos, eso lleva a la sociedad a quedar total y absolutamente expuesta e indefensa.

Cuando se habla de cuarentena, muchas personas lo ven como algo aburrido, como algo difícil de transitar, como una obligación sin más trascendencia, dolidas porque les quitan sus rutinas, esas capas y capas de mentiras que se han auto impuesto para vivir aquí en sociedad, pero, si en todo esto pudiéramos corrernos, cambiar la perspectiva, elevarnos por sobre el miedo y encontrar aquí la gran oportunidad del cambio, la gran oportunidad de mirar profundamente a nuestros ojos en el espejo y reencontrarnos con es@s que en verdad somos. Aquellas personas que ya no reconocemos en verdad, porque nos convertimos en quienes nuestros egos, personalidades y aún más la sociedad esperaba que fuéramos.

Estamos atravesando un puente de transición. El cambio de cómo vivimos en la actualidad a cómo quedará la Tierra, cada país, ciudad, pueblo, persona en particular luego de que todos estos sucesos culminen. Una posibilidad de crecimiento y evolución. Un momento para liberarnos del miedo y crecer partiendo del amor profundo, reconociendo que somos amor, y viendo a cada uno de los otros como amor. Somos semillas del mismo Universo divino y este es el momento de unirnos para sanar nuestros procesos de separación.

Recuerda que nadie se muere en la víspera, aquel que tenga que partir en este tiempo será nada más ni nada menos porque su hora de aprendizajes se dio por finalizada en esta escuela de la vida, y los demás, los que no se enfermen, los que se sanen, los que transiten los cambios, tendrán la posibilidad de volver a empezar desde un lugar más genuino y verdadero.

Sanemos el miedo. Potenciemos la luz para cada rincón de nuestro planeta y su humanidad, pulsemos nuestros propios cambios y tengamos fe en que el Universo manifestará aquellos cambios que la humanidad necesita para ascender hacia la quinta dimensión.