Reconstruyéndonos
- Mensajeros de Luz
- 20 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Por Ruth Ross
Todo lo que ocurre es tan vertiginoso que la vida nos está enseñando a no programar nada, ni siquiera para dentro de unos minutos.
Mi vida y la de Sergio en particular hace mucho, pero mucho tiempo que la venimos transitando de un modo tan rápido en el que los sucesos y los acontecimientos pueden hasta llegar a apabullarnos si se quiere, todo, absolutamente todo escapa a nuestro control.
Hace tiempo que venimos aprendiendo a fluir y a entregar, a confiar y a tener fe.
Sé que no es fácil, uno tiene vidas formadas, formas de ser, de actuar, de pensar, viejos patrones de conducta y de sistemas de creencias a donde si no controlamos lo que viene por delante creemos que no estará bien.
En nuestro caso, muchas veces la vida ha puesto fin a ciclos, se nos han terminado relaciones o hemos perdido todo, absolutamente todo. Nos hemos acostumbrado a ser como el “ave Fénix” reconstruyéndonos una y otra vez para resurgir de nuestras propias cenizas, aflorando con más fuerza aún que la que antes teníamos.
Hoy la sociedad toda, la humanidad toda, se encuentra transitando un momento de intensa vulnerabilidad. Nadie sabe a ciencia cierta hasta cuando durarán estos procesos, cuáles son las consecuencias que traerán para cada quien en particular y a la vez a cada grupo familiar, pueblo, ciudad, país, continente… planeta entero.
Es un momento de total incertidumbre, como tantos de los que he vivido y que vivo constantemente.
Sé, no soy ingenua que en este caso se trata de una pandemia grave, sé que hay miedo a la enfermedad, pero, esto va mucho más profundo en cada uno. Se trata del encierro, se trata de no saber qué pasará después… Algo es seguro… Nadie saldrá inmune de esta situación, y no me refiero a la pandemia en sí, me refiero a que nadie saldrá inmune de tener cambios grandes tanto sea individuales, como familiares o sociales.
Lo que era antes de esta situación ya no será más, nunca más.
Si me permites hacerte una simple sugerencia, te diré que comiences por dejar de lado el control, suelta, libera, fluye. Esa será la única manera en la que encuentres la armonía y el equilibrio. En el aquí y ahora no te servirán tu mente, ego y personalidad. En este presente, tienes que aprender a sentir, a discernir, a intuir. Déjate llevar por las olas de esta energía cambiante, libérate de los miedos por completo. Y, mientras tomas tus recaudos haciendo tu cuarentena, cuidando tanto tu cuerpo como el de los demás comienza a trabajar con la incondicionalidad, con el amor profundo tanto hacia ti mism@, como hacia la humanidad.

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