Saliendo De Nuestro Juego De Muñecas
- Mensajeros de Luz
- 16 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Por Ruth Ross
Hace poco más de tres años mi vida y la de mi familia mutó por completo. Sin que esa transmutación hubiera formado parte de nuestra elección consciente. Un movimiento intenso, fulminante y mágico producido por el Universo todo, nos obligó a cambiar por completo, fluyendo y siendo conscientes de que nada de lo que hiciéramos nos iba a hacer volver para atrás.
El ejemplo que yo daba en esos tiempos era que me sentía como si fuéramos una especie de muñecos, que estaban en su casita de muñecas y de golpe, unas manos nos hubieran extraído de nuestro juego, colocándonos literalmente en otro lugar, imposibilitándonos de volver a nuestro juego anterior.
Hemos pasado por mil y una cosas, por muchísimas sensaciones y hemos soportado grandes injurias vertidas sobre nuestras personas, de parte de aquellos que no podían entender lo que en realidad nos estaba ocurriendo.
En “el aquí y el ahora” puedo ver ese tiempo, y todo lo vivido en mi vida y la de mi familia, como un paso hacia una nueva vibración. La muerte de nuestra vida anterior, el fin de un ciclo, posibilitándonos volver a nacer, confiando, entregando y sabiendo que todo, pero todo estuvo, está y estará bien y que todo fue para nuestro crecimiento evolutivo.
Ahora la humanidad se encuentra transitando aquellos cambios, procesos y transiciones que nosotros conocemos tan bien. Ya todos los que creían tener sus vidas “organizadas y controladas por completo” las están viendo caer cual si fueran castillos de naipes. Ya nada es ni volverá a ser igual para nadie.
Nuestro planeta está sanando, está respirando, está evolucionando y nosotros, sus habitantes, hemos sido extraídos de nuestra casita de juegos en las cuales teníamos todo controlado o creíamos tenerlo. Es el momento de quitarnos las caretas, de vernos objetivamente, despojándonos de nuestros egos, de nuestra mente y de nuestra personalidad. Llegó la etapa de dar el salto para poder reencontrarnos con nosotros mismos, con aquellos que en verdad somos, esos que durante tanto tiempo habíamos venido escondiendo. Es el período para escucharnos y dejar de prestar nuestros oídos al exterior, de dejar de consumir tanta información que solo nos conduce al miedo y adentrarnos en el espacio sagrado de nuestro corazón, allí donde habita nuestro verdadero ser. Y desde ese lugar comenzar a pulsar nuestra nueva realidad, una que aunque hoy no podamos verla, solo nos conducirá a vivir plenamente y a ser felices, aprendiendo a disfrutar cada instante cual si fuera el primero, el único o el último de nuestras vidas, sin querer retener el pasado y sin esperar nada más allá de este presente que nos marca la respiración.
¡Y se puede! Puedo asegurarte por experiencia propia que se puede y si nos lo proponemos ¡Vamos a Lograrlo!

Comments