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Vislumbrando El Mundo Que Viene

Por Sergio Lipp


Nos encontramos en el medio de una crisis mundial. Pero en verdad, casi todos hemos pasado crisis personales, algunos, como en mi caso, que me marcaron muy hondamente y que me obligaron a producir cambios muy abruptos en mi vida.

En este caso en particular, estamos hablando de una crisis que abarca a toda la humanidad, pero ello no implica que no sigamos hablando de "crisis". En realidad, el género humano es especialista en salir de las crisis, porque es una parte de la vida misma. Ante ella, solo tenemos dos posibilidades; la primera, dejar que esta nos afecte tanto, que sintamos como que estamos en un pozo sin salida y entonces, virtualmente, termina con nosotros; pero otra posibilidad es preguntarnos, ¿qué pasa en la mayoría de los casos? Y entonces la respuesta será, sin lugar a dudas, que luego del tiempo necesario, simplemente esta pasará y en muchos casos nos servirá para cambiar lo que tengamos que cambiar para recomenzar de otra manera y entonces, la llamada crisis se transformará en otra palabra con su misma etimología, que es: "crecimiento".

Este virus, que afecta a todo el planeta, en el futuro se va a transformar en algo muy positivo para la humanidad. Es cierto, no sin antes dejar en el camino mucho dolor y sufrimiento, todos sabemos que hay muchas personas que la están pasando mal, que han perdido y perderán a seres queridos y tiene y tendrá otras consecuencias, ya lo sé. Pero en este caso estoy tratando de ver más allá de este tiempo.

Este virus nos trae aparejado muchos cambios, mucho más profundos que los que la mayoría de las personas puede suponer. Simplemente porque este virus, está produciendo lo que hasta ahora nada ni nadie había logrado, que es la unión de todos los seres humanos para un objetivo común. Donde mágicamente todos fuimos igualados por el solo hecho de ser simples seres humanos, sin importar raza, nacionalidad, sexo, posición económica o religión. Donde cada uno debe enfrentarse a su propio espejo, pero no solo para verse físicamente sino para reencontrarse con su alma, con su verdadera esencia y apartarse de su ego y de su personalidad.

Y todo esto está produciendo el mayor cambio que se puede producir, que es el “cambio de consciencia”. Tanto está pasando, ante nuestros propios ojos, que todavía no podemos tomar consciencia de lo que en realidad está ocurriendo, que es, el parto de un nuevo mundo.

Esto es como si estuviéramos jugando un partido de fútbol y el árbitro suspendiera el partido y mandara a los jugadores al vestuario. Todo se transforma en un tiempo de “no tiempo”. Un tiempo donde muchos esperan el momento de volver a jugar el partido, pero no saben que en ese mismo momento, sin que nadie lo haya podido prever ni que lo sepa alguno, en realidad, se están cambiando las reglas de juego y por ende, cuando finalmente los jugadores puedan salir a la cancha, el partido se tendrá que jugar de otra forma, ya no será posible jugarlo como antes.

Los poderosos, quienes manejan y dominan este mundo y nos imponen sus reglas disfrazadas de sistemas “que no se pueden modificar”, porque eso es lo que les conviene a ellos, van a intentar seguir aplicando sus métodos y simplemente, casi naturalmente, va a suceder que ya no les va a funcionar como antes, porque esas mismas personas a quienes manejaban como querían ya no van a ser las mismas, por lo cual no aceptarán todo de la misma manera que antes, ni tampoco se comportarán igual y entonces si desean perdurar y no caerse a pedazos, ellos mismos tendrán que cambiar.

Nos espera por delante un lento camino de muchos desmoronamientos, transformaciones y más crisis, pero finalmente, todo esto tendrá por sentido vivir en un mundo mejor, en el mundo que verdaderamente “todos” nos merecemos.

¡Es solo cuestión de tiempo!




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