Conspiración universal para el cambio
- Ruth Ross
- 3 jul 2019
- 4 Min. de lectura
Por Ruth Ross
Cuentan que el Universo todo está conspirando para que al momento de la “gran transformación terrestre”, del “gran cambio”, de “la nueva era”, todo esté como debe ser, cada cosa en su lugar y cada quien atendiendo a su juego.
Es por ello, que durante diferentes períodos de tiempo a lo largo de la historia de la humanidad, encarnan por oleadas ángeles que eligen sacrificar por un tiempo la libertad que les dan sus alas y entran en un cuerpo humano de tercera dimensión utilizando la metamorfosis dada por este vehículo llamado cuerpo. Ellos fueron llegando en todas las épocas para cumplir su misión.
Dicen que cualquier persona pura y buena sincera de corazón, que base su vida en mirar a los demás con los ojos del amor viendo el interior, lo profundo de cada uno y no lo superficial, puede llegar a reconocerlos.
¿Cómo? Ellos son diferentes, siempre se destacan y por uno u otro motivo siempre logran captar la atención de los demás mostrándoles en que deben cambiar, rompiendo estructuras, diciendo la verdad que otros no quieren oír.
Dicen que cada uno busca la forma de manifestarse como puede, como le sale, el punto es mostrar aquello que a los otros les cuesta ver, es hacer reaccionar, es producir un cambio, es sacudir, es traer la paz aunque primero siembren el gran tumulto de la reacción en cadena.
Cada uno elige el modo, y época tras época en estos tiempos terrestres hemos podido ir siendo testigos de estas grandes hordas de manifestaciones angélicas/ terrestres.
Piden, además, que estemos muy preparados para recibir a las nuevas camadas de seres angélicos que están encarnando desde el 2006. Ellos, son seres muy puros, sutiles. Traen un aura muy expuesta a las distintas vibraciones, y el contacto con personas o lugares oscuros, densos o de baja vibración o cualquier cambio o cosa que los altere, los desequilibra al instante sumiendo a estos niños/ángeles terrestres en un caos profundo, capaces de tirar cosas, pegar, gritar o llorar compulsivamente en muchos casos sin explicación alguna para sus padres.
Muchos serán como “pequeños maestros” y ya desde la más pequeña edad hablarán de cosas profundas o, sin mediar curso o taller de energía de por medio, tendrán el don de la sanación, a veces con su sola presencia y otras al hacer un masaje, otras veces hasta jugando o imponiendo sus manitos conscientemente.
Ellos se aburren y se aburrirán en los jardines de infantes y lo harán aún más en las escuelas primarias y secundarias.
Con frecuencia se los oirá pedir a sus padres que se los libere de dicha vana “obligatoriedad social”, es que para ellos, niños de quinta dimensión (o a veces más) la vida terrestre transcurre como si uno estuviera pasando una película vieja y toda estirada en un caduco proyector de super 8, leeeennnta, abbbbbuuurrrida.
Ellos, estos “niños/ángeles” llegan a la Tierra a “sembrar consciencia”, a enseñar, a mostrar un nuevo camino, y no se ajustan de ninguna manera al viejo modelo que la sociedad les quiere mostrar. Dicen también que estos niños viven aventuras cinematográficas dignas de Spielberg , al viajar fuera de sus cuerpos y junto a sus amigos y hermanos angélicos transitan por rutas dimensionales y atemporales impensadas para la estructurada mente humana que solo cree y se basa en lo comprobado científicamente. En algunos casos se ha llegado a saber que al salir de sus cuerpos viajan a ayudar a personas o a lugares con problemas serios, es por ello que quizás lloren con frecuencia mientras duermen, o tengan “pesadillas”, o siendo niños de más de 8 años, aún necesiten dormir acompañados por sus padres o hermanos o quizás sientan la necesidad de tener alguna luz encendida. Se los ve quizás con frecuencia hablar “solos” o mirar extasiados hacia algún lugar sin prestar atención a nadie ni a nada más. En esos casos lo que les ocurre es que están viendo o hablando con sus pares, los “seres de luz” y entonces a los pobrecitos se los tilda con distintos nombres relacionados con problemas de atención de parte de sus padres, familiares o maestros, que en lugar de ver a un “diferente” y aprender lo que les viene a transmitir, quieren cambiarlo, encerrándolo dentro del mismo cuadrado de estructura al cohete en la que ellos, los adultos viven para ser aceptados y sino los derivan a médicos, psicólogos, psiquiatras para que hablen con los niños o en el peor de los casos para que los “droguen al medicarlos”, facilitándoles así la convivencia a estos adultos ignorantes del daño que están causando.
Dicen que dicen que dirán, y el que quiera ver y “hacerse cargo que lo haga”, que estos “nuevos niños” que en la actualidad vienen llegando son sobre todo seres “telepáticos”, por lo que siendo aún bebés de horas o días, podrían llegar a manifestarse contándole a sus padres que es lo que realmente necesitan o les hará bien en este largo y difícil proceso que es la vida.
Los ángeles continúan contándonos para que estemos preparados y para que sepamos adaptarnos a ellos y hacerlos felices, y disfrutar juntos y para que nos entendamos... que si a muchos de estos “niños ángeles” los alzas siendo muy , pero muy pequeñitos, los mirás profundamente a los ojos, les hablas telepáticamente con la más sincera, pura y abierta voz del corazón, y les pedís ayuda para entenderlos. Si por ejemplo les decís que se muevan hacia tu derecha para decir que sí y hacia tu izquierda para decir que no, o viceversa, o atrás y adelante, o parpadeando... Si juntos eligen la forma de establecer este nuevo vínculo, este nuevo diálogo. Si sos capaz de quitarte la venda de tus ojos y permitís que la FE borre de un plumazo las viejas estructuras que te mantienen aferrado /a a los viejos patrones de creencias... Entonces, ocurrirá el milagro. Y dicen que dicen que dirán los ángeles, que la felicidad que encontrarás al comunicarte con tu bebé o con tu hijo “autista” siendo uno/a con él , se estará manifestando.
¿Será esto verdad? O esto solo es un cuento un poco deschavetado... No sé vos que sentís ni que harás, pero yo me preparo para comprobarlo.

Comments