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NOTAS DE LUZ: Blog2

Dar el salto

  • Ruth Ross
  • 3 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Por Ruth Ross


“Era una familia como pocas.  Capaces de renacer frente a cada adversidad, capaces de caer siempre de pie para volver a empezar, de fortalecerse cada vez más y de resurgir de sus propias cenizas cual si fueran el mismísimo Ave Fénix.

De nada importaba para ellos los comentarios impropios de todos los demás, los hostigamientos y prejuicios a los que eran sometidos ante cualquier contratiempo.

A ellos no les asustaban los cambios.  Eran conscientes por completo de que lo único que nos pertenece en esta vida es nuestro más puro ser divino, por lo que si se trataba de perder y desapegarse de las cosas materiales, pese a cualquier dolor que esto les produjera, lo aceptaban con agradecimiento por la gran prueba de crecimiento y evolución a la que se verían sometidos.

Una de esas pruebas, los llevó a perder todo en su ciudad de origen  y a tener que tomar un micro que los condujera a un pueblo muy distante, lejos de su familia y amigos.  A empezar una vida nueva sin saber dónde, cómo, por qué y para qué.

Entonces, el sentimiento de esta familia al subir al micro que los trasladaría rumbo a lo desconocido fue el de DAR EL SALTO al vacío desde una gran montaña, pero felices y en calma, puesto que sabían que estaban en la mano de Dios y que nunca, pero nunca,  caerían. Así de seguros estaban por completo debido a  la gran e intensa FE que sentían.

Dios, una fuerza Todopoderosa, una Luz, el gran y verdadero amor, el principio y el fin de todas las cosas que siempre los había  apoyado y nunca, pero nunca los abandonaría . Eran conscientes que la vida es y debe ser entrega máxima, fluir como las suaves aguas del río.”

Las mentes humanas debieran respaldar la intuición, la certeza de la conexión divina.  El error máximo de la mayoría de los hombres radica en analizar, , en mentalizar y no en sentir fluyendo con naturalidad, teniendo la fortaleza de que la guía y la asistencia siempre estarán.

No se pueden negar las pruebas, puesto que a eso hemos venido a la Tierra, a pasar nuestros exámenes. No se pueden negar algunos momentos ásperos, dolorosos, duros, puesto que es de ellos de los que aprendemos, de los que nos fortalecemos, de los que evolucionamos. Siempre tenemos la elección de “dar el salto” dejando que la mano de nuestro Padre / Madre Eterno nos guíe.  Avanzando en calma y sin miedos hacia la puerta de lo desconocido que se abre ante nosotros con un despliegue  de páginas en blanco que se irán escribiendo como nuevos capítulos de nuestra historia, aquellos que nos muestran  como héroes  y heroínas de una aventura que es nuestra vida, y venciendo cada uno de los escollos, de las piedras , de las pruebas que se nos vayan poniendo por delante. O  podemos continuar eligiendo el camino que gobierna  nuestra mente y nuestras emociones, quedándonos “estancados” en la pileta de nuestros miedos y solo sobrevivir en una vida gris y chata que la mayoría del tiempo nos convierte en los protagonistas de una película de terror e infelicidad.

Si pudiéramos reconocer(como lo hicieron los protagonistas de esta historia) que la fuerza y el motor de la existencia , al levantarnos cada día, debe ser la certeza de que “todo”, pero absolutamente “todo” lo podemos transmutar con solo aquietar nuestras mentes, con solo fluir y entregarlo al Universo para que desde lo más puro y verdadero surjan las soluciones ,y aparezcan maravillosamente los cambios.

Si todos pudieran , metafóricamente hablando, sentir que se tiran desde la cima de la montaña, con la suficiente entrega y confianza de saber que nada malo les sucederá, puesto que la mano divina los sostiene, el mundo funcionaría mejor, habría mucha más gente feliz, sana, buena, sincera.

Ahora es a ti a quien le hablo directamente: La montaña te está esperando, se te está ofreciendo la oportunidad de encontrar el camino hacia la felicidad. Ten confianza. Ten fe.  No escuches el afuera, sólo has silencio y siente tu interior y deja que la mano de Dios te lleve a cumplir tu verdadera misión, a vivir una vida plena de luz, felicidad y amor. Sólo tienes que DAR EL SALTO y producir tus cambios.





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