En el cruce del camino
- Ruth Ross
- 3 jul 2019
- 3 Min. de lectura
Por Ruth Ross
¿Quién fue? ¿Quién será? ¿De dónde viene? ¿Hacia dónde va? Lo lejano y lo cercano. Lo conocido y lo desconocido van cambiando a un paso tan acelerado que ya no le es posible tener una perspectiva, por más mínima que esta sea, que le haga ver o reconocer algo en su vida. Lo único cierto es que todo lo vivido ya fue. Que nada regresará o por lo menos, nada volverá del mismo modo. El ciclo terrestre corre tan vertiginosamente que a su paso va dejando la increíble sensación de colapso, de devastación, de pérdida, de angustia. La estabilidad emocional está en duda para ella y para todos. Cuando logra aceptar algunas transformaciones, todo vuelve a moverse a su alrededor y la deja sumida en un estado de aparente caos. La calma aflora desde lo más profundo de su ser. Pero, por momentos, no le es demasiado fácil volver a enderezarse y continuar la marcha. Mira de soslayo y a su alrededor puede percibir su misma confusión en los otros individuos. Siempre fue resiliente. Siempre supo seguir adelante. Siempre pudo resurgir después de todas y de cada una de las pruebas que la vida le presentó. Y ahora… ¿Cuál es la diferencia? Se encuentra parada en el cruce del camino. No puede volver atrás. Ya nada de lo viejo quedó en pie. Su anterior yo, aquel que le era tan cómodo y conocido, colapsó en la última transformación energético planetaria. Sólo sabe que tiene que avanzar. Caminar hacia adelante en la vida. Pero… sólo está el cruce… Nada hacia atrás y tampoco nada hacia adelante. La sensación es extraña. ¿Cómo seguir? ¿Por dónde? ¿De qué manera? ¿Por qué ahora tiene tanto miedo si ella siempre encontró la salida a través de cada uno de los laberintos de la vida? Quizás porque los anteriores escenarios aún le permitían aferrarse a la idea del control. En otros tiempos aún podía pensar, podía creer que todo lo que seguía en su vida sería lo que ella suponía.. Quizás porque luego de tanto camino recorrido le cuesta volver a tener fe, entregarse a la luz y saber que lo mejor para ella la está esperando al saltar ese cruce de caminos. Pero ¿Cómo? Se pregunta aún inquieta. ¿Cómo avanzar ante un camino inexistente? ¿Cómo avanzar sin saber exactamente qué es lo que le esperará del otro lado? ¿Cómo saber que seguirá siendo ella? De pronto una extraña fuerza la invade. Una luz toma forma desde su interior y va iluminándola por completo. Una voz interna le habla de seguir con alegría. De lanzarse al vacío, a lo desconocido, con la absoluta confianza y entrega, dejando que su ego y su mente descansen, sacudiéndose cada uno de sus miedos y temores más oscuros y entregando el mando de su vida con una total seguridad a la luz. Ella sintió un súbito alivio. Esa mochila negra que aún le pesaba y no la dejaba avanzar, desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Ella se sintió agradecida por tan inmensa liberación. Simplemente respiró profundo, muy profundo y al hacerlo recordó quien era y para qué estaba aquí. Entonces, en ese cruce de caminos, dio un paso, y luego otro y otro más. Y, con una inmensa alegría descubrió que un hermoso camino nuevo, poco a poco se iba asomando mostrándole la luz de un nuevo comienzo. Namaste

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